DESDE EL CORAZÓN DE UN DEMONIO

Ella.

Como si fuera sirena su cuerpo mecido en la mar se amolda al subir y bajar de las olas describiendo inimaginables poses incluso difíciles de crear en el lienzo de algún pintor, su larga melena rubia extendída como miles de tentáculos de una graciosa medusa o tal vez a una desilachada sabana de seda se entremezclan creando maravillosas y extrañas formas que aún remarcan más su belleza y es que hay bajo las aguas al levantar la cabeza hacia ella con su cuerpo y su cabello en movimiento creando una preciosa sombra que detiene los rayos del sol me doy cuenta que no hay paisaje marino más hermoso que el espectacular baile de su cuerpo en las olas.

A lo largo del camino un dorado trigal de doradas espigas y rojas amapolas y algún viejo y verde arbusto peinado por un ligero viento lleva alegrando  mis envejecidos ojos lleva todo el día creando en mi mente una preciosa acuarela que me acompaña desde el amamanecer  en mi largo Viaje olvidandome con  su belleza incluso de las polvorientas columnas parecidas a amarronadas nieblas que ese viento levanta en el camino ya al atardecer cuando el sol en las montañas ataca con sus dorados rayos horizontalmente desde las lejanas montañas    encuentro un pequeño arroyo que  se mezcla con tan singular y precioso paisaje, en el la hermosa silueta de una hermosa mujer con melena de trigo, ojos entre polvorientos y verdosos, rojizos labios y cuerpo dorado se presenta ante mis ojos, la sombra de su reflejo en el agua rodeada por los rayos del sol crea en mi mente una ilusión que al despertar de mi corto sueño mirando a mi lado encuentro recostada a mi lado, sonriendo pienso como no voy a tener tan bellos sueños si ella por si es un sueño y además bellísimo.

Ella es alegría en la tristeza, ilusión en la desdicha, animo en el cansancio de una lucha interminable, ella es amor en el más sentido de tan grande y tantas veces desdichada por grande en la boca de seres incapaces de comprender su significado, es el abrazo interminable de quien sabe amar con el pecho abierto sin esconder un apéndice de sentimiento, es la acaricia de una mano temblorosa incapaz de parar que se pierde por el cuerpo de uno constantemente, los fogosos a la vez que eternos labios de quien sabe amar, ella es la lucha y quien hace luchar por no perderla y hacerla reina, la comprensión de quien entiende tus pensamientos, sueños e ilusiones aparte de aficiones compartiendo todo eso contigo disfrutándolo incluso no gustandole, porque ella es eso el amor, sin ropajes, sin disfraces un amor totalmente desnudo que se viste con la entrega de tu amor.

DESDE EL CORAZÓN DE UN DEMONIO

Ignacio (demonio)